Ciudad Perdida Historia
En lo profundo de la Sierra Nevada de Santa Marta se esconde la Ciudad Perdida, un asentamiento ancestral rodeado de selvas exuberantes, montañas sagradas y mitos que han trascendido por generaciones. Conocida también como Teyuna, esta antigua urbe Tayrona se ha convertido en un destino emblemático para quienes buscan aventura, historia y una conexión con el legado de los pueblos originarios de Colombia.
El origen de un pueblo enigmático
Los Tayrona fueron una de las culturas indígenas más notables del continente. Entre los siglos VIII y XVI desarrollaron un complejo sistema de terrazas agrícolas, redes de intercambio y obras arquitectónicas que aún sorprenden a investigadores. Su relación con la naturaleza era profunda y su cosmovisión estaba basada en el equilibrio entre el ser humano y el entorno. Aunque la llegada de los conquistadores provocó el abandono de muchos asentamientos, su memoria se mantiene viva gracias a las comunidades descendientes que hoy habitan la Sierra Nevada.


Ciudad Perdida Historia : Redescubrimiento de Teyuna
Durante mucho tiempo, la Ciudad Perdida permaneció cubierta por la vegetación, protegida por la selva y por el silencio de los pueblos indígenas. Fue en la década de los años setenta cuando arqueólogos y exploradores lograron documentar su existencia tras largos recorridos por la montaña. Desde entonces, este lugar no solo se ha consolidado como un atractivo arqueológico de gran valor, sino también como un espacio de aprendizaje espiritual y cultural.
La profecía que perdura
De acuerdo con relatos transmitidos de generación en generación, los Tayrona regresarían a su ciudad cuando el planeta enfrentara momentos críticos. Esta profecía ha sido interpretada como un mensaje vigente frente a la crisis ambiental global, un recordatorio de que el equilibrio con la naturaleza es esencial para la supervivencia. Para quienes realizan el viaje, el mito se convierte en una experiencia simbólica que otorga un sentido más profundo al recorrido.
Una travesía por la selva
Visitar la Ciudad Perdida implica emprender un trekking exigente de varios días, atravesando la espesa selva tropical de la Sierra Nevada. Los senderos invitan a descubrir paisajes cambiantes: montañas cubiertas de neblina, ríos caudalosos que refrescan el camino, cascadas ocultas y campamentos donde se comparte con otros viajeros. El esfuerzo físico se transforma en una vivencia única al llegar a las terrazas de piedra que se elevan sobre el bosque, un escenario que transmite grandeza y espiritualidad.
La experiencia cultural
Más allá del recorrido natural, el viaje a la Ciudad Perdida permite conocer de cerca la cosmovisión de los pueblos indígenas que custodian la Sierra Nevada. Los guías locales comparten historias sobre rituales, costumbres y enseñanzas heredadas de sus ancestros. Esta interacción brinda a los visitantes una perspectiva diferente, donde el turismo se convierte en un puente de respeto y entendimiento entre culturas.
Cómo organizar la visita
El acceso está regulado para proteger tanto el patrimonio arqueológico como las comunidades que lo rodean. Los tours parten principalmente desde Santa Marta y solo se realizan con operadores autorizados. Estos itinerarios incluyen guías capacitados, alimentación y alojamiento en campamentos básicos. La caminata dura entre cuatro y seis días, dependiendo del ritmo del grupo y de las condiciones climáticas. La mejor temporada para emprender la travesía es durante los meses secos, cuando los ríos presentan un caudal más bajo y los caminos son más accesibles.
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